El terreno se encuentra en un bosque con una pronunciada pendiente hacia la calle. La distancia de la mirada es corta, es decir, no hay un paisaje a lo lejos a captar y tampoco existe una distancia lejana donde se perciba la intervención. Es asi que el paisaje a incorporar es el inmediato, el que se puede definir casi en su propio lote.
Partiendo de las premisas de generar una casa compacta, se plantea el deseo de encontrar lo virtuoso y especial en la experiencia de subir una montaña, estructurándose en consecuencia los espacios en el terreno a medida que se va ascendiendo por la ladera de la montaña, buscando la mirada hacia las copas de los árboles y el sol. Los espacios de uso cubiertos se materializan en un volumen único de madera que tiene contacto con el terreno solo en sus aristas, dejando pasar la barranca por debajo, y buscando a través del sistema circulatorio una continuidad en el recorrido ascendente de todo el terreno. Se propone generar en la barranca, un jardín plano que se proyecta hacia el interior de la casa, buscando una continuidad entre el bosque y las áreas de encuentro.











