Casa Palma

Como un palimpsesto, el paisaje se reescribe varias veces sobre si mismo. Durante muchos años grandes quintas se expandían sobre la llanura pampeana. El avance de la ciudad, convirtió una antigua quinta de árboles longevos en un barrio privado, quedando únicamente dos palmeras y una araucaria. Estos árboles podrían ser un obstáculo para el desarrollo del proyecto pero también, una oportunidad de superponer, en el tiempo y en el espacio elementos del paisaje original con la nueva intervención. Los árboles adquieren un rol protagónico, atraviesan los espacios, los modifican y los cargan de sentido. La planta baja expande sus límites hacia los bordes verdes del lote. La planta alta hacia el pulmón verde y la ciudad. La terraza verde reconstruye un nuevo horizonte, incorpora las copas de los árboles y recupera la original extensión de la vista horizontal de la llanura pampeana.